SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
Presencia universal
“…las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para el que es creado” (EE.EE 23)
“¿A dónde iré lejos de tu aliento? ¿Adónde escaparé de tu mirada? Escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro” (Salmo 139)
Te anuncias en la palabra y te apareces en el silencio.
Manifiestas tu amor en el don de la vida, agotas tu entrega en el don de la de tu muerte.
Eres deslumbrante en el prodigio del día, nos fascinas en el misterio de la noche.
Culmen de tu creación son los hombres y mujeres más santos, y de tu fidelidad, los hombres más perversos.
Expresión de tu fuerza liberadora, los oprimidos, y de tu paciencia y respeto los opresores. Inagotable artista en todo lo bello, presencia callada y fuerte en lo deforme.
Tus posibilidades sin fin nos señalan los genios, tu cuestionamiento solidario los hombres rotos.
Sólo nos revelarás tu obra cuando haya rodado toda la historia, pero ya puedes iluminar de plenitud la fugacidad del instante.
Tú nos llamas sin fin desde el horizonte, nos llenas de tu presencia en cada rincón del camino.
Nunca te atraparé en la codicia de la perfección, pero ya desbordas de luz y futuro todo mi límite.