SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA
Un cristiano triste… no sigue a Cristo
Poema de Mari Patxi Ayerra
Porque tú nos pones el corazón contento,
invitándonos a ser sal de la tierra.
Porque nos despreocupas, recordándonos,
que a cada día le basta con su afán.
Porques no sosiegas, llamándonos a ti,
cuando estamos cansados y agobiados, para aliviarnos.
Porque nos quitas los miedos, diciéndonos
que tú estarás con nosotros hasta el fin de los días.
Porque nos perdonas, invitándonos a perdonar
y perdonarnos, hasta setenta veces siete…
Porque nos curas, recordándonos que eres el médico
que necesitamos los que no estamos sanos.
Porque nos desenfadas, proponiéndonos ser mansos
y constructores de un mundo de paz.
Porque nos invitas a la felicidad siendo pobres,
ya que no se puede servir a Dios y al dinero.
Porque nos propones trabajar por la justicia,
y así lograremos tratarnos todos como hermanos.
Porque nos calmas de nuestros deseos y ansiedades,
invitándonos a beber un agua que calmará la sed.
Porque nos propones vivir tranquilos,
conscientes de dónde hemos puesto la confianza.
Porque tu propuesta es de plenitud y realización,
ya que has venido para que tengamos Vida
y vida en abundancia. Gracias, Dios mío.