CUANDO TOCA ACORTAR DISTANCIAS

Con la pandemia todo son: “no te acerques a la otra persona, no te vaya a contagiar”, “a metro y medio de distancia”, “cuídate…”. Pero hay ocasiones en que tenemos que acortar distancias.
El sábado pasado a las diez de la mañana tocó el timbre nuestra vecina. Ella ha padecido la pandemia, estuvo hospitalizada y va recuperándose poco a poco. Se le había caído un radiador y su piso se llenó de agua. Nada más dar la voz de alarma, allí se personaron unas cuantas vecinas con
cubos y fregonas para recoger agua. Era necesario acortar distancias antes de que el agua echase a perder sus pocas pertenencias. Vecinas con las que no hay mucho trato, saludos cuando nos cruzamos y continuar el camino que se lleva, no vaya a ser que la vida se complique.
Me recordó la cita de Isaías: «Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará”. También la frase de Mary Ward “Haz el bien y hazlo bien”.

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