Sufrir con amor y alegría
La vida es sufrimiento y somos totalmente vulnerables; esa es la realidad de la vida, aunque nos cueste trabajo aceptarlo-; desde hace más de un año ya aún lo tenemos más claro. La percepción es tan particular como variedad de sufrimiento hay y cada vida lo define por sí sola, pues la verdadera cuestión del sufrimiento, en mi humilde opinión, está en la aceptación de lo que nos ocurre en nuestro caminar por este mundo y en cómo nos adaptamos a ello, pero, sobre todo, en Quién nos apoyamos para superarlo.
Mary Ward, nos enseña precisamente cómo y en Quién apoyarnos. En toda su vida de sufrimiento (y fue mucho, en todas sus vertientes), no refleja tristeza, desesperanza, ni desánimo; aunque sí habla de sufrimiento, supo llevarlo con aceptación y con confianza absoluta en la voluntad de Dios; incluso afirma “me ofrecí a sufrir con amor y alegría”.
La inspiración de Mary Ward en mi vida desde pequeña es para cada momento del día porque siempre la he tenido presente y siento que me ayuda en mi camino; en ella podemos apreciar claramente, para reflexionar en este tiempo de Cuaresma que nuestra fe en Cristo Muerto y Resucitado es Quién nos sostiene e ilumina en esos momentos oscuros y de sufrimiento que recorremos muchas veces, para llevarlos con alegría como ella.
Oración: En mi debilidad (Brotes de olivo)