EL DÍA Y LA HORA DESCONOCIDOS
Comer, beber y celebrar la vida son actividades esenciales para la supervivencia humana y generacional. Pero esto no es todo, al mismo tiempo que cuidamos nuestro bienestar físico y generacional también debemos cuidar nuestra alma. Sólo se puede decir que una está plenamente viva si está en correcta relación con el creador, el prójimo y una misma.
Por lo tanto, tenemos el deber de fortalecer nuestra fe en Dios. Escuchar y responder a los profetas, a los líderes espirituales y a los demás es un ingrediente importante para cultivar nuestro bienestar espiritual. Se nos invita a extender esta responsabilidad y a convertirnos en guardianas de nuestros hermanos y hermanas allí donde estemos.
De dos mujeres que muelen en un molino, una se lleva y otra se deja. Esto es una invitación para que nos mantengamos despiertas, porque no sabemos el día en que vendrá nuestro maestro.
Mientras seguimos con nuestras actividades cotidianas, se nos invita a leer los signos del tiempo. Conscientes de que venimos de Dios y volveremos a Él. Ser conscientes de que pertenecemos a Dios nos infunde el sentido de ser administradoras que darán cuenta de todas nuestras acciones y de toda nuestra vida a nuestro Maestro y Señor Jesucristo. Esto nos llama a la reflexión, la oración y el discernimiento constantes. El examen de conciencia es una excelente herramienta de autoevaluación de dónde estamos con respecto al amor a Dios, al prójimo y a una misma, es realmente una oración de escucha productiva; que le da a una la retroalimentación interna y honesta.
Mientras caminamos tras las huellas de nuestra fundadora, la Venerable María Ward, recemos por la sabiduría y el coraje para permanecer alertas mientras avanzamos, un solo Instituto con una sola misión para la mayor gloria de Dios.
Veneranda Lusuli IBVM, África del Este