Después de 27 años de presencia
Mañana, 9 de octubre, en representación del Instituto y de toda la familia Mary Ward, un grupo de religiosas y miembros de la fundación Kambia, festejaremos 27 años de compromiso, de convivencia y, en definitiva, de VIDA del Instituto en Asilah, Marruecos. Este camino lleno de aprendizaje, respeto y amistad profunda entre el pueblo marroquí y muchas religiosas del IBVM que han pasado por allá ha llegado a una nueva etapa en su recorrido, emprendido por el IBVM hace casi tres décadas.
La comunidad de Asilah llevaba un tiempo contando con la presencia de una sola religiosa, María López de Haro. Esta situación planteada al arzobispo de Tánger, Fray Emilio Rocha Grande OFM, le hizo proponer el traspaso a otra congregación de religiosas católicas. El arzobispo valoró el impacto que la misión ha tenido en la vida de muchas mujeres, niñas y familias vulnerables de la comunidad y se comprometió a garantizar su continuidad. A partir de ahora, la congregación de las Misioneras del Señor de los corazones y de Ntra. Sra. de Guadalupe, fundada en México y, con la presencia previa de una de las religiosas en Melilla durante unos años, será la encargada de asumir la misión de Asilah. Esta congregación ha aceptado el reto de seguir ofreciendo la promoción de las mujeres y familias vulnerables, mediante el apoyo social y la capacitación para el empleo, preservando el legado que el IBVM ha construido durante casi tres décadas.
Tras las vacaciones de verano, María López y Macarena Fernández de Bobadilla están organizando el cierre para pasar el relevo a la nueva congregación.
El Instituto continuará haciéndose presente mediante la financiación del Proyecto y la Fundación Kambia apoyará el área social según un convenio que se firmará entre el Arzobispo y el Instituto. Las trabajadoras, seguirán llevando a cabo su labor educativa y social, pero a partir de ahora las encargadas de toda la misión católica de Asilah serán las misioneras mejicanas mencionadas.
Desde su inicio en 1997, la misión del IBVM ha estado profundamente arraigada en la vida del pueblo de Asilah. Lo que comenzó como un centro de formación, dirigido por las Esclavas de la Inmaculada Niña, con talleres de bordado y corte y confección, creció para incluir máquinas industriales, alfabetización de lengua árabe, cultura general, sensibilización en valores, técnicas de relajación y meditación, cursos de informática, idiomas, todo ello enfocado en proporcionar a las mujeres locales oportunidades para ejercer una profesión y mejorar sus vidas. Este esfuerzo ha sido clave para empoderar a muchas mujeres, en un contexto donde las oportunidades laborales y educativas son limitadas.
La comunidad de religiosas que ha pasado por Asilah a lo largo de estos años ha compartido su compromiso con el diálogo intercultural e interreligioso. En un país musulmán, la misión del IBVM ha sido un testimonio de respeto y colaboración, trabajando codo a codo con la comunidad local, integrándose con humildad y servicio.
A lo largo de estos 27 años, el IBVM ha dejado una huella profunda en la comunidad de Asilah. Los aniversarios celebrados en el 10º y 20º año de la misión fueron testigos del desarrollo de los proyectos. En 2007, el 10º aniversario celebró no solo la formación técnica, sino también la formación humana y el diálogo interreligioso que se promovía desde la misión. El enfoque en la formación integral y la promoción de derechos humanos hacía de esta misión un espacio seguro y tolerante.
En 2017, al celebrarse el 20º aniversario, se organizó un encuentro interreligioso que simbolizó la convivencia y la amistad que la misión fomentaba entre diferentes culturas y religiones. El lema de ese encuentro, “Celebremos en unión nuestra alegría”, reflejaba la esencia de la misión: un espacio de encuentro y crecimiento mutuos, donde las diferencias no eran barreras, sino oportunidades para el diálogo y el respeto.
Hoy, con la partida del IBVM de Asilah, se cierra una etapa, pero los proyectos iniciados continúan. Damos gracias por los valores que en este tiempo se han sembrado, con la formación y promoción de la mujer.
La «emancipación» de Asilah es un testimonio de cómo las misiones pueden evolucionar y adaptarse, confiando en que el trabajo iniciado por una comunidad se multiplique y continúe bajo nuevas manos. Aunque el IBVM ya no estará presente físicamente en Asilah, el legado de 27 años de dedicación perdurará en cada mujer y niña que encontró en esta misión una oportunidad para crecer, aprender y transformar sus vidas.
Estas son las palabras de María López de Haro sobre su experiencia de estos años y la nueva etapa que se abre frente a ella, como la misión de Asilah, siempre mirando al futuro con ilusión.