Desde hace diez años, cada 30 de julio, conmemoramos el Día Mundial contra la Trata de Personas. Este año está dedicado a la sensibilización sobre las causas y vulnerabilidades asociadas a la trata de menores y se nos recuerda la necesidad de prestar apoyo a las víctimas de este crimen y a demandar la formulación de políticas públicas que aborden las deficiencias actuales y agilicen las medidas para acabar cuanto antes con este fenómeno que causa tanto sufrimiento.
Una de cada tres víctimas de trata es menor, en su mayoría niñas y adolescentes. Además, los menores tienen más probabilidades de sufrir violencia de todo tipo durante la trata.
Los menores son víctimas de trata para diferentes fines, como el trabajo forzoso, la delincuencia, la mendicidad, la adopción ilegal, los matrimonios forzosos, la extracción de órganos, los abusos sexuales y la explotación sexual.
Han proliferado nuevas formas de captación a través de plataformas digitales donde los menores suelen conectarse sin la protección y supervisión adecuadas. Las situaciones de pobreza, los conflictos armados y los flujos migratorios son también escenarios de gran vulnerabilidad para los menores que se convierten en blanco fácil para las redes criminales. Son urgentes los esfuerzos coordinados de los Estados y la sociedad civil para proteger a los menores más vulnerables y ayudar a las víctimas de la trata.
El IBVM estamos presentes en diferentes redes de lucha contra la trata que realizan actividades de sensibilización, prevención y demanda de políticas públicas para #EndHumanTrafficking (#AcabarConLaTrata).
Os animamos a difundir: Comisión Diocesana Contra la Trata, de la Archidiócesis de Madrid.
La Red Renate celebrará una oración online el 30 de julio a las 15 pm CET y nos invita a conectarnos en este enlace.