A su vuelta de Perú, Mercedes tenía la necesidad de seguir dedicándose a los demás, pero no sabía cómo hacerlo desde la residencia de El Soto de la Moraleja, donde vive.
Estuvo buscando opciones y dio con algo que se ajustaba muy bien a ella, una ONG de voluntariado, de ámbito estatal, que acompaña a personas mayores en riesgo o situación de soledad de múltiples formas, una de ellas, el acompañamiento mediante contacto telefónico regular.
La organización se llama Grandes Amigos y fue fundada en 2003. Además de acompañar a personas mayores y trabajar por su bienestar, lucha por sus derechos, tan a menudo olvidados. Esta labor contribuye a que las personas mayores, aunque estén solas, puedan envejecer con salud, bienestar y dignidad. Lo hacen a través de diferentes programas de acompañamiento afectivo, socialización y sensibilización.
Mercedes ya lleva muchos meses haciendo este voluntariado de acompañamiento afectivo, tiene 5 personas amigas, y afirma que es una experiencia positiva tanto para sus “amigos y amigas” como para ella. Procura llamar más o menos una vez por semana, y pasan entre 20 y 25 minutos hablando. “Hablan mucho más ellas que yo, yo me limito a responderles”, aclara Mercedes, “pero a mí me compensa. Me da satisfacción ¡y hasta diría que alegría!”, es consciente de que esa alegría es mutua.
Esta colaboración es muy positiva para las personas acompañadas, pero también es una maravillosa forma de poder ayudar cuando tu situación de movilidad no es sencilla, bien por distancia o por condición física. Se hace desde casa y solo se necesita un teléfono para poder llamar a las personas que te van presentando en la Organización. “No es una acción grandísima, no me cansa, todo lo contrario, estoy contenta y es algo que me gusta y me da satisfacción”.
El caso de Mercedes es especial, porque cuando una persona mayor que se siente sola, puede compartir sus penas con alguien de su edad y experiencia, más que con alguien que no entiende el momento vital en el que te encuentras, lo agradece mucho más.
“Lo que más tienen son dolores físicos, es de lo que más hablan mis grandes amigos, pero luego, cuando cambia un poco la conversación se les pasan los dolores”, cuenta Mercedes.
Tiene una mujer entre sus amigos que, a pesar de una gran dificultad para moverse, es muy positiva y procura hacer vida social, se lo cuenta a Mercedes y esta le responde siempre admirando su positividad “siempre encuentra algo de luz en la oscuridad”.
Otra amiga le hizo reír un día cuando le contó que le han mandado de Grandes Amigos un muchacho de unos 20 años para hacerle compañía y el chico le propuso ir juntos a comprar el pan, pero ella no quiso. “Qué pensará de mí la gente del barrio cuando me vean con un veinteañero!” le contó. Divertida, Mercedes trató de convencerla para que fuera a los recados con él, que era una idea estupenda salir a pasear y hace recados con el voluntario, “pero creo que no quedó muy convencida”.
La organización Grandes Amigos funciona muy bien. Según Mercedes, revisan cómo va todo una vez al mes, o si alguien tiene algún problema les puede llamar y se hacen cargo inmediatamente de lo que surja. Se lo recomienda a todo el mundo, se puede hacer de múltiples formas, “por teléfono, visitas a sus casas o residencias, ir al cine o a hacer algún recado o gestión, es muy gratificante y realmente se hace amistad, es muy positivo para las dos partes”.