Una de las labores que las religiosas del IBVM llevan a cabo con discreción, pero constancia, es el fomento de la oración, de la espiritualidad ignaciana y dar a conocer el evangelio. Muchas acompañan grupos de oración allá donde están, y algunas, lo hacen durante más de 40 años…
Este es el caso de un grupo de oración que acompaña Piedad González Cano, Ibvm. Se trata de un grupo de oración que comenzó su hermana Rosario, Ibvm fallecida en 2011, allá por los años 70 en El Soto, Madrid. Se pusieron de nombre “Grupo del Corazón de Jesús”.
Se reúnen una vez a la semana y la duración está en torno a una hora, a veces se alarga más por la charla posterior. Incluso durante la pandemia, han mantenido el contacto telefónico entre ellas, conservando viva la amistad y el acompañamiento. El objetivo de estas agrupaciones es progresar en la oración, conocer mejor el evangelio y ayudar a otras personas a ir a Dios mediante su ejemplo.
Cuando Piedad se unió a estas mujeres, a su vuelta de Asilah en 2010, eran 11, pero ahora quedan 5, ya que alguna ha muerto y otras se han tenido que retirar por motivos de cambio de residencia etc.
A lo largo de estos más de 40 años, el grupo ha desarrollado unos vínculos muy fuertes, tanto, que ahora reconocen que uno de sus objetivos primordiales es conocerse profundamente entre ellas, casi todas ya abuelas, y ayudarse unas a otras.
Están en relación con otras personas, por ejemplo, visitan y acompañan a una persona enferma, que ofrece sus sufrimientos por el grupo y este reza por ella. También con una comunidad de clausura, a la que visitan y con la que colaboran. Las monjas rezan por el grupo que se ha mantenido firme contra el tiempo, la distancia, una pandemia y lo que venga en el futuro. Ahora están contentas porque el pasado mes de mayo, han podido volver a juntarse físicamente, en El Soto, donde se tomó la foto.