Marifran Sánchez «Existe una gran indiferencia ante la trata, sobre todo la explotación sexual»

Marifran Sánchez es la Directora del departamento de Trata de personas en la Conferencia Episcopal desde hace más de cinco años. Licenciada en Economía, trabajó durante 12 años en su campo en la empresa privada, hasta que un buen día decidió que necesitaba sentirse útil para las personas y para la sociedad. Empezó a trabajar primero con jóvenes en riesgo de exclusión y después en la reinserción de personas que habían estado en la cárcel, hasta que llegó a la Conferencia Episcopal en marzo de 2015 y a la cabeza del Departamento de Trata un año después.

“Creo que la trata de personas, aunque cada vez se oye más hablar de ella, sigue siendo una realidad muy invisibilizada y nuestro empeño es no dejar de hablar de este crimen y sobre todo dar voz a las víctimas, hacerlas visibles”, declara. Marifran confiesa que lo que más le gusta de su trabajo es que “el centro de todo son las personas y en concreto aquellas que cuya dignidad está siendo agraviada y sus derechos vulnerados” y añade: “El poder hacer visible el “rostro” de quienes están padeciendo la trata, en un mundo que les invisibiliza, porque solo busca el beneficio económico a costa de lo que sea, es muy importante para mí desde que tomé conciencia de la indiferencia que existe ante este problema, sobre todo cuando hablamos de explotación sexual”.

Recursos

En la Conferencia Episcopal las Pastorales se dividen en Comisiones. El Departamento de Trata en concreto está integrado en la Comisión para la Pastoral Social y Promoción Humana y dentro de la Subcomisión para las migraciones y la movilidad humana. Una de las labores fundamentales de este departamento es la creación de materiales y recursos para que las diócesis puedan llevar a cabo el objetivo de hacer visible la realidad de la trata y sensibilizar.

Entre los materiales que está difundiendo el departamento de trata de la CE, y que cuelga en su página web, hay unidades didácticas destinadas a trabajar con los jóvenes, enfocadas desde el punto de vista preventivo, “porque creemos que para acabar con la trata hay que trabajar con los más jóvenes”.

Otro recurso que está teniendo mucha difusión es la Exposición fotográfica “Punto y seguimos. La vida puede más”, que elaboraron junto con algunas coordinadoras diocesanas, a lo largo de 2018, tomando fotografías y hablando con personas que habían sido víctimas de trata. “Cuando hacemos algún recurso o algún material, siempre contamos con personas supervivientes de la trata”.

Esta exposición pone en contacto a la gente de a pie, que puede que no sepa que existe la trata, con supervivientes de este crimen “a través de sus imágenes, de sus frases y de sus expresiones”, explica. Desde que se inauguró en marzo de 2019 en Madrid, ha estado recorriendo toda España. Incluso hay réplicas de la misma en la diócesis de Orihuela, Alicante, otra en Barcelona, que está en catalán, y otra, en Valencia. Próximamente habrá otras dos en Canarias y en Sevilla.

Durante los meses de febrero y marzo de 2022, la exposición ha podido visitarse en Madrid, gracias a que la Mesa de Trata de la diócesis de Madrid, a la que pertenece Pilar González-Cano, Ibvm, junto con representantes de otras congregaciones, decidió organizar la exhibición para celebrar el Día de Santa Bakhita, dedicado a la oración contra la trata de personas. Este año, la mesa de trata ha centrado la oración en torno al lema “La fuerza del cuidado. Mujeres, economía y trata de personas”, que pone de relieve la relación entre el sistema económico y la trata de personas. También recuerda la situación siempre desfavorable de las mujeres y las niñas en contextos de crisis.

Trabajo en red

Los destinatarios de todas estas acciones y materiales suele ser la comunidad cristiana, colegios, delegaciones de enseñanza, las de catequesis… “normalmente, a quien más sencillo nos resulta llegar es a la comunidad cristiana, es más accesible y maneja el mismo lenguaje, porque todo nuestro trabajo tiene una fundamentación común a todos los creyentes”. Pero también trabajan con entidades no religiosas de la sociedad civil. “En este combate -afirma Marifran- es muy importante la coordinación con otras entidades, eclesiales y no eclesiales, y también con las organizaciones que acompañan a las víctimas en su proceso de recuperación”.

En la mayoría de las diócesis hay una figura que es la coordinadora diocesana de trata, delegadas y delegados que suelen contar con un equipo de trabajo, que junto con Marifran forman el Grupo de Coordinadoras, que se reúne tres veces al año y está en contacto constante. “El grupo de coordinadoras tenemos una red propia y una estructura, con un protocolo de actuación cuando nos encontramos casos”. No en todas las diócesis hay recursos para víctimas, por lo cual es muy importante la coordinación, por ejemplo, para saber cómo derivar los casos de trata con rapidez, desde las diócesis donde no se dispone de estos medios, hacia los recursos de otras diócesis. “Procuramos que en los equipos y el grupo de coordinadoras participen todas las congregaciones que de alguna manera tienen que ver con la trata, bien porque tengan proyectos de acompañamiento, o porque su objetivo sea simplemente la sensibilización sobre la trata, que también es muy importante”, añade.

Indudablemente, el trabajo con otros organismos tiene un alcance mayor, por eso “para nosotros es fundamental trabajar en red y coordinadamente siempre, junto con otros grupos ya sean de la sociedad civil, la administración pública a nivel local, regional o estatal, los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, y demás entidades y grupos en esta misma lucha, siempre estamos abiertos a que cuenten con nosotros”.

A nivel eclesial trabajan en red con CONFER Nacional, con Cáritas española y con Justicia y Paz, “nos reunimos periódicamente y hacemos eventos y actividades conjuntas”. “Compartir con tantas personas implicadas en esto, la calidad y calidez de los proyectos y programas de acogida y acompañamiento, de reinserción e inclusión de personas que habían sido descartadas. Sentir que somos iglesia unida, en salida y comprometida con quienes sufren me parece una de las mejores experiencias de mi vida” asegura.

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