Del 6 al 27 de octubre está teniendo lugar en Roma el Sínodo Amazónico, un encuentro en el que participan unas 260 personas, entre religiosos y religiosas, dirigentes indígenas y expertos en temas como cambio climático y migración, que buscan juntos nuevos caminos para la Iglesia por una ecología integral, a partir de la realidad que los pueblos de la Amazonía están viviendo y sufriendo.
El Sínodo Amazónico es una llamada para una «conversión ecológica», una invitación a comprometerse en la protección del medio ambiente, nuestra Casa Común, y en la lucha contra la injusticia social y la búsqueda de beneficios a costa de la tierra y los seres humanos.

Los temas de trabajo del Sínodo están divididos en tres partes: «La voz de la Amazonía», en la que se propone la escucha activa del territorio; la «Ecología integral: el clamor de la tierra y de los pobres» y la «Iglesia con rostro amazónico y misionero». Por ello, en los 147 puntos del Instrumentun laboris (el documento de trabajo previamente acordado) se trata del diálogo con los pueblos indígenas, y la importancia de participar en sus vidas, la protección de los derechos de los pueblos locales y la salvaguardia de la naturaleza, así como de la necesidad explorar nuevos caminos para una evangelización más incisiva.
El encuentro se está viviendo con gran intensidad en las regiones indígenas, que ven cómo sus realidades y dificultades se ponen en el centro, y desde la Unión Internacional de Superioras General han hecho un llamamiento a todas las comunidades religiosas para que se impliquen en este asunto. Así, nos invitan a participar en oraciones y charlas on line o a organizar nuestras propias reuniones. Así lo han hecho ya religiosas de diferentes comunidades que se reunieron en Roma, a invitación del IBVM, para compartir experiencias y reflexiones, preguntándose qué es lo que puede hacer cada una de nosotras por preservar la Creación de Dios.

La voz de las mujeres

El papel de las religiosas en todo el mundo y muy en concreto en la región panamazónica, ha sido destacado por varios de los presentes en el Sínodo pero, al mismo tiempo, el encuentro también nos ha hecho recordar otras realidades, como es el hecho de que las religiosas pueden participar en el encuentro pero no votar las decisiones que allí se toman.

En el encuentro están participando unas 35 mujeres en calidad de expertas, auditoras o invitadas especiales. De ellas, 10 son superioras religiosas de sus respectivas congregaciones –que canónicamente tienen el mismo estatus que los religiosos superiores, tal y como explican desde Voices of Faith-, y, sin embargo, no tienen el derecho a votar. Por ello, coincidiendo con el Sínodo, monjas de diversas congregaciones, entre ellas Chris Burke, Ibvm de Australia, se reunieron el 3 de octubre en Roma, bajo el paraguas de Voices of Faith, para reclamar este derecho. Aquí podéis ver el vídeo en el que lo explican, y a continuación, compartimos el completo de Chris Burke: titulado «Es nuestra responsabilidad también. Los católicos no pueden esperar más».

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