El agua es vida, por lo tanto, el control del agua se traduce en el poder de la vida en manos de los que buscan su control y uso privativo. Es uno de esos “bienes globales” de los que habla el Banco Mundial pero al mismo tiempo, la crisis climática y el extractivismo lo está convirtiendo en un bien cada vez más escaso y agravando las desigualdades de su acceso en el planeta.

El continente africano es el segundo continente más seco del mundo, la disponibilidad y el acceso al agua son más cruciales para la existencia que en casi cualquier otro lugar de la Tierra, con una población que sigue siendo mayoritariamente rural y dependiente de la agricultura o el pastoreo.

De nuevo, las mujeres van a ser las más golpeadas por el avance de la desertización, la escasez de agua salubre y la sequía.

En la mayoría de las poblaciones africanas son las mujeres y las niñas las encargadas de

abastecer de agua a los hogares. La variabilidad del clima hace que depender de los recursos naturales para el sustento sea un desafío, particularmente cuando hay pocas opciones de sustento en las áreas rurales. Las fuentes de agua insuficientes pueden requerir que las mujeres y las niñas viajen más lejos para recolectar agua, lo que supone:

Una de las iniciativas para paliar las consecuencias del aumento de trabajo a las mujeres y el acceso a agua salubre es la instalación y gestión de centros de agua creados en Nigeria. Basados en un modelo de empresa social, estos centros proporcionan un mejor acceso al agua limpia y asequible y, por lo tanto, reducen el tiempo y el esfuerzo que las mujeres dedican a recoger la alternativa sucia.

VIAJAR MAS LEJOS EN BUSCA DE AGUA PUEDE SUPONER

1) Mayor riesgo de sufrir violencia y las repercusiones sociales resultantes de la agresión sexual.

2) Problemas de salud, como la deshidratación, las lesiones de espalda y columna, la fatiga, la deshidratación y las complicaciones reproductivas.

3) “Escasez de tiempo”.

4) El abandono de la escuela (niñas).

Los Centros de Agua son edificios, situados en el corazón de la comunidad, que proporcionan instalaciones de agua limpia. Actualmente hay centros establecidos en Okpoga y Santera, ambas zonas periurbanas de Nigeria. Para que el modelo sea sostenible, el agua se vende a bajo coste, al igual que los alimentos y los productos domésticas. Los ingresos se utilizan para el mantenimiento y la gestión del Centro.

En la actualidad, cada Centro suministra agua a unas 30.000 personas. De esas 30.000, se calcula que 6.000 mujeres tienen la oportunidad de recuperar horas de tiempo perdido cada día. Estos centros están dirigidos por mujeres y para mujeres. Los dos primeros centros construidos han hayan ayudado a cientos de mujeres a recuperar tiempo: tiempo para ellas mismas, sus familias y su comunidad. El tiempo liberado les permite invertirlo en sus pequeños negocios o a participar en actividades que generan ingresos adicionales; cuando no trabajan en el mismo Centro de Agua del que reciben ingresos (Wilbur, J., Lamb, J., Willenborg, H., & Sridharan, A., 2016).

Blanca Bergareche, IBVM en AEFJN-Madrid.

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