Llega la Navidad. Y es de nuevo una oportunidad para recordar qué celebramos y cómo lo celebramos. Porque a menudo la esencia de estas fiestas se diluye entre costumbres y tradiciones que se han ido incorporando a nuestra forma de festejar y que terminan ocultando el verdadero sentido de la celebración. Es necesario un momento de recogimiento, de silenciamiento, para volver a reconocer a Dios en un recién nacido vulnerable que quiere hacerse presente en nuestras vidas, quedarse cerca de nosotros para siempre, y dar de nuevo esperanza a nuestros anhelos y consuelo a nuestras desdichas. Ese es el gran regalo de la Navidad.
Sin embargo, lo que nos rodea no ayuda a conectar con lo esencial. Hay demasiado ruido. Nos bombardea la publicidad. Se multiplican los eventos sociales y los encuentros familiares. Los preparativos se convierten en un sin fin de tareas y compras. Las luces, los adornos, los regalos, la lotería, la comida, la bebida y los viajes suponen un incremento significativo en nuestro consumo durante estos días.
El ambiente festivo invita a gastar más de la cuenta, a derrochar, a permitirnos excesos.
Es fácil dejarnos llevar y renunciar temporalmente a nuestra responsabilidad como consumidores.
Así que es importante recordar y tomar conciencia de la repercusión de nuestras decisiones y del poder que tenemos para generar cambios, transformando nuestros hábitos de consumo.
Aquí van algunas ideas para que esta Navidad sea luz, alegría y respeto a la vida de todos y todas en la casa común que compartimos. Tres ideas para tener en cuenta a la hora de comprar.
EN NAVIDAD, LO JUSTO
No compres compulsivamente. Compra solo lo que necesites. Dedica tiempo a planificar tus compras. Que las compras, las cosas y las prisas no se conviertan en las protagonistas de las fiestas. No dediques más tiempo a comprar que a disfrutar de las reuniones y encuentros. Elige regalos sencillos, hechos por ti, o que reflejen algo de tus gustos y habilidades. Para nuestros seres queridos el mejor regalo somos nosotros mismos.
EN NAVIDAD, LO JUSTO
No olvides el impacto que el consumo tiene en el medio ambiente. Evita envoltorios innecesarios. Compra productos de cercanía. Aprovecha los alimentos sobrantes. Separa los residuos para que puedan ser reciclados. Utiliza luces LED, más eficientes energéticamente. Reutiliza los adornos o fabrícalos tú mismo. Elige juguetes recargables, reparables y reciclables. Evita los envíos masivos de felicitaciones, tanto de papel como de contenido digital. El planeta, nuestra casa común, es un gran regalo. Cuidémoslo.
EN NAVIDAD, LO JUSTO
Elige productos de comercio justo que garanticen unas condiciones laborales seguras y saludables, sin trabajo infantil ni forzoso, con un salario digno e igualitario para hombres y mujeres.
Promociona el talento de pequeños productores locales, evita grandes cadenas de distribución. Utiliza productos y servicios de empresas sociales que dan oportunidad de desarrollo a colectivos desfavorecidos. En esta Navidad, sé un regalo para los que más lo necesitan.