La celebración del Día Internacional de las Mujeres, el 8 de marzo, es cuestionada por muchas personas con diferentes argumentos. Hay quienes dicen que no es necesario dedicar un día especial a recordar los derechos de un grupo de la sociedad, las mujeres, porque ya se han alcanzado unas cotas de igualdad suficientes entre géneros y el carácter reclamatorio del evento ha perdido el sentido. Por otro lado, otras personas opinan que lo que resulta inapropiado es el carácter celebrativo de la jornada, ya que todavía hay muchas situaciones de violencia, desigualdad e injusticia hacia las mujeres que empañan los logros conseguidos.

Sin perder de vista los datos objetivos que aparecen en los informes internacionales, que ponen de manifiesto que todavía hay muchas áreas donde hay que seguir trabajando por la plena equidad de género, no queremos perder la ocasión de reconocer la labor realizada por tantas personas (hombres y mujeres) para conseguir cada uno de los hitos que han generado cambios hacia una sociedad más tolerante, justa y solidaria. Pero también expresamos nuestro deseo de que los logros conseguidos lleguen a ser apreciados por toda la sociedad y queden consolidados, como valores, en nuestra cultura y en nuestras leyes.

Por todo ello, un año más, nos unimos a la celebración del Día Internacional de las Mujeres El 8M fue adoptado por la Asamblea General de la ONU en 1977, aunque dos años antes ya lo había empezado a conmemorar. Su origen está en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre mujeres y hombres.

Hace 30 años, en 1995, tuvo lugar la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, en la que 189 países adoptaron por unanimidad la   Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Algunas religiosas del IBVM tuvieron la oportunidad de asistir presencialmente a la Conferencia, varios años antes de tener una oficina en Naciones Unidas.  Entre ellas María De Pablo Romero, que posteriormente difundió las conclusiones de aquel hito en artículos y charlas, dirigidas a los que en ese momento formábamos parte del profesorado de los colegios de Irlandesas, círculos y grupos de Misión Mary Ward.

La adopción de esta declaración supuso un avance significativo en la promoción de los derechos de la mujer y la igualdad de género. La Plataforma de Acción de Beijing (BPfA) establece objetivos y acciones estratégicos para el empoderamiento de las mujeres y las niñas y el logro de la igualdad de género en 12 áreas de interés, abordando cuestiones que van desde la participación política y la justicia económica hasta la salud y la educación, la violencia de género y el medio ambiente. Sin embargo, no es legalmente vinculante. Esto significa que implica una obligación moral de cumplimiento para los Estados miembros, pero los gobiernos son libres de determinar sus propios métodos de implementación.

Cada cinco años desde el 2000, la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), revisa el progreso de implementación de la BPfA para mantener el impulso y la urgencia de la igualdad de género en primer plano. La CSW 69, que tendrá lugar entre los días 10 y 21 de marzo de 2005, marcará la revisión de 30 años, o Beijing+30.

El IBVM, junto a otras congregaciones de religiosas y religiosos católicos de todo el mundo, coordinados por JCoR han presentado una Declaración escrita al Secretario General de la ONU, en el marco de la próxima celebración de la CSW 69. En esta declaración, se pone de manifiesto la devoción y acción compartidas por todas las congregaciones, en la promoción de la igualdad de género como reflejo de la igual dignidad humana de todas las personas, independientemente de su sexo; y en la superación de los obstáculos en la consecución de la justicia de género que perpetúan las estructuras y actitudes patriarcales dentro de las propias instituciones y comunidades religiosas.

Asimismo, se señalan algunos temas prioritarios comunes para seguir trabajando hacia la consecución plena de la equidad de género:

  • la educación de las niñas y las mujeres,
  • la erradicación de la violencia de género,
  • los servicios públicos con enfoque de género, orientados a la población más vulnerable en casos de crisis sociales, económicas y medioambientales.
  • la paridad de género en los puestos de liderazgo.

Y hacen un llamamiento a los Estados miembros para colaborar a través de políticas públicas de igualdad.

Pese a los grandes avances de los derechos de las mujeres desde la adopción de la Plataforma de Acción de Beijing en 1995, el mundo está atravesando nuevas crisis que se acumulan y superponen a la erosión de derechos. En este Día Internacional de las Mujeres, nos unimos a la celebración y a las acciones de incidencia para avanzar en los derechos de las mujeres. El mundo no puede esperar otros 30 años para hacer realidad la igualdad de género.

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