Mañana, 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medioambiente, que este año se centra en la lucha contra la contaminación del aire, precisamente unos días después de que, según mediciones científicas, la Tierra alcanzara un nuevo máximo en la concentración de CO2, el pasado 24 de mayo.

El aire contaminado es, según el relator especial sobre los derechos humanos y el medio ambiente de David R. Boydla ONU, un «asesino silencioso», responsable de la muerte prematura de siete millones de personas cada año, entre ellos 600.000 niños y niñas, especialmente en los países donde la polución del aire es mayor (que no siempre son quienes más C02 emiten a la atmósfera).
Al mismo tiempo, celebramos el cuatro aniversario de la encíclica ‘Laudato sí‘, en la que el Papa Francisco proponía un cambio radical en la forma de mirar y vivir, invitándonos a buscar otros modos de entender la economía y el progreso y proponiéndonos un nuevo estilo de vida. Un texto que supuso un gran impulso para el compromiso de la Iglesia en la defensa del planeta, un primer paso para el largo camino que nos queda por recorrer.

Por todo ello, os invitamos a sumaros a la celebración, y podéis hacerlo de diferentes formas:

Cambiando nuestros propios estilos de vida. ¿Qué consumimos? ¿Qué tipo de transporte usamos? ¿Cuánto despilfarramos?

Movilizándonos:

* Participa en las actividades organizadas en diferentes ciudades de España y del mundo.
* Únete al Movimiento Católico Mundial por el Clima:
* Súmate a la semana sin plásticos que diversas organizaciones de la sociedad civil han organizado del 3 al 9 de junio, para evitar consumir productos empaquetados en plástico.
Formándonos: La Comisión de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española organiza el III Seminario de Ecología Integral los días 6 y 7 de julio en Madrid («Ecología integral: ¿empezamos por casa?») Adjuntamos el programa, centrado este año en conocer experiencias que se están llevando a cabo en distintos ámbitos eclesiales.
Orando: Durante la oración, dediquemos un rato a SENTIR NUESTRA RESPIRACIÓN, tomar conciencia de ella, acoger el aire y darnos cuenta de que lo compartimos con millones de seres humanos, con las plantas y los bosques. Demos gracia por este aire y porque no deje de ser responsable para las personas y el planeta.

Y recuerda: «Si cuidas el planeta, combates la pobreza».

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